Los Hombres Pájaro

Cuenta la leyenda que hace muchos años se desató una sequía en el pueblo Totonaco, lo que ocasionaba que la siembra fuera escasa. Por ese motivo, los sabios y abuelos de la comunidad pensaron en realizar un ritual para enviar un mensaje a los cuatro dioses que habitaban los cuatro puntos cardinales. Convocaron a cinco jóvenes que fueran íntegros en su espíritu y los enviaron a trepar el árbol más alto que encontraron en esas tierras, ayudándose de un instrumento de madera que podía girar sobre su propio eje. Ellos enredaron algunas cuerdas que les permitieran dar trece vueltas a cada uno de ellos, y de esta manera emprender el vuelo al mundo espiritual. Los sabios le pidieron a uno de ellos que no volara, pero éste subió junto a los demás, para acompañarlos con cantos sagrados, que lograban invocar la energía del sol y haciendo una ofrenda que representaba el corazón, con el sonido del tambor. Cuentan que en aquel entonces, se escuchó una voz muy fuerte desde el cielo que le pedía al quinto joven tocar fuerte su tambor y su flauta. Éste se puso de pie y comenzó a soplar su flauta al mismo tiempo que el tambor, con esto bendijo el vuelo de los hombres pájaro. Según la leyenda, una vez iniciado su vuelo, se vió a los jóvenes convertirse en aves de luz que se fueron volando hacia los cuatro rumbos para pedir que lloviera otra vez. Al poco tiempo comenzó a llover y el campo comenzó a dar brotes y abundancia. Esta danza- ritual, conocida como "Los Voladores de Papantla" se realiza actualmente en varios estados de México, entre ellos Veracruz, Jalisco, Michoacán y otros, y es reconocido actualmente por la UNESCO, como patrimonio cultural de la humanidad.