En la Sierra Madre Occidental, la cual comprende parte de los estados de Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas, se encuentra asentada la etnia Wixárika o los wixaritari. En Jalisco las principales comunidades en las que se desenvuelven son cuatro: Tuapurie (Santa Catarina Cuexcomatitlán), Tateikie (San Andrés Cohamiata), Wautka (San Sebastian Teponahuaxtlán) y su anexo Tutsipa (Tuxpan de Bolaños) ubicados en el municipio de Mezquitic, al norte del Jalisco.
En la región Wixárika se han registrado cerca de 20,800 personas (CDI: 2004; De la Peña: 2006) y según el Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en 2010 existían tan sólo en el municipio de Mezquitic 13,971 habitantes indígenas. Es importante señalar que tanto Mezquitic como Bolaños, son dos municipios clasificados como regiones de alta y muy alta marginación, es decir regiones de pobreza y extrema pobreza.
Poco se sabe cómo estas comunidades llegaron a asentarse en estas lejanías. Algunos consideran que este grupo étnico formaba parte de los “Nayaritas”, los cuales se consideran los ancestros de los wixaritari (Weigan y García: 2000:22). Sin embargo, con la conquista española éstos fueron diferenciándose de “los coras” (el grupo étnico vecino dominante) al convertirse en Indios Fronterizos y al ser incluidos al Distrito de Colotlán en 1590 (Durin: 2003:5).
Al paso del tiempo y a raíz de esta división, el grupo se ha mantenido de manera autónoma en estas lejanías y hay quienes consideran que la ubicación geográfica (poco accesible por los caminos montañosos y las veredas de terracería) ha sido fundamental para mantener y preservar su identidad étnica.
Cada una de las cuatro localidades funge como centro ceremonial, son el eje de la vida social, comunal, cultural y ritual. Los wixaritari tienen y ejercen su autoridad sobre las localidades y rancherías ubicadas en su territorio1, el cual representa algo más allá que el lugar donde viven, es el escenario donde se recrea su cultura. El territorio es inseparable, pues en él se enmarcan muchas manifestaciones que tendrán que ver con la cosmovisión de dicha cultura.
El sistema de organización de esta etnia, está integrado por autoridades tanto tradicionales religiosas, como civiles. La organización civil, por su parte, se integra por un número de cargos que designa el consejo de ancianos (Kawiterutsixi), considerados los sabios ancianos. Por otro lado, están los cargos religiosos del sistema tradicional formado por mayordomos, dedicados a un santo, mayordomos menores, jicareros y tenachis (Vergara y Bernache: 2008). Más adelante veremos otro cargo sumamente importante como es el mara´akame, médico, consejero de la comunidad, entre otras cosas.
El eje de la enseñanza tradicional según Vergara y Bernache (2008) es la transmisión oral de costumbres y conocimientos por parte de los padres, abuelos y adultos con cargos comunitarios y religiosos. Ellos son los encargados de heredar el conocimiento a las generaciones venideras a través tanto de la palabra como de la práctica, y esta forma ha trascendido la tradición durante miles de años. Éste ha sido el camino con el que sus creencias, ceremonias y costumbres se han mantenido.
1Vergara, Martha y Bernache, Gerardo (2008). “Educación intercultural. Un estudio en las comunidades indígenas en Jalisco”. Fondo Sectorial SEP/SEBYN-Conacyt/ Secretaría de Educación Jalisco. Jalisco México.
Texto: Sandra Villarreal.